El corral de la morería



Sábado 27 de enero, Madrid a 3 grados bajo cero y La Latina llena de gente dentro de sus bares entre pintas, cañas y tapas, intentando entrar en calor antes de que se acabe el jolgorio y haya que volver a casa.

Es medianoche, seguimos nuestra ruta hasta la Calle Morería, 17, donde desde hace 50 años se hace y baila flamenco. No sabíamos qué nos iba a deparar la noche, y mucho menos que íbamos a tener la suerte de ver al Premio Internacional de flamenco, Blanca del Rey, en vivo y en directo.

El Corral de la Morería presume de ser el Tablao Flamenco más famoso del mundo, en él se han presendado artistas de la talla de Pastora Imperio, Rosario, La Chunga, María Albaicín, Fosforito, Serranio, Mario Maya, Manuela Vargas, Lucero Tena, Isabel Pantoja y por supesto, Blanca del Rey, junto a cientos de artistas del cante, la guitarra y el baile.


No hay, a su vez, lugar más visitado por grandes figuras internacionales en todo Madrid, desde sus Majestades los Reyes de España, Ava Gardner, Marcelo Mastroiani, Ernesto Che Guevara, El Sha de Persia, Mariah Carey, Hemingway, Salvador Dalí, Latoya Jackson, Marlon Brando, Kim Bassinguer, ... una lista inmensa e interminable.

De tanta fama goza el lugar que antes de llegar uno va imaginando cómo será el sitio, y como casi siempre en mi caso, la realidad supera la ficción. Hay turistas, la mayoría americanos, sacando fotos, comiendo unos buenos chuletones españoles, y esperando el comienzo del espectáculo, pero no se retrasa demasiado, y a las doce en punto comienza con Miguel Téllez como bailarín exclusivo de esta noche, todo pasión y rabia, flamenco y arte.

Los músicos acompañan a los bailarines y cantantes que irán llegando, pero la primera parte se va a cerrar con la dueña del local y Premio Internacional Blanca del Rey, quien nos deja boquiabiertos con tanta destreza y tanto duende, dejando al flamecto a la altura de cualquier ballet clásico con una sofisticación suprema. Nos impresiona ver que aún con su años sigue manteniendo tanta fuerza y temperamento sobre el escenario.

Hubo incluso un momento para emocionarse, exactamente hace un año fallecía el esposo de la bailarina, salían del Corral y fueron desde allí al Hospital donde moriría muy pronto. Un año más tarde ella le dedicó cada uno de sus movimientos.
La segunda parte del espectáculo vino de la mano de un grupo de bailarines y cantantes que interpretaron diferentes palos llenos de alegría y mucha pasión; el color, la belleza y el flamenco fueron los grandes elementos de la noche.
Una noche especial que recomendamos. Poderío, duende y fuerza por la vida.
Después de estar en un lugar como este, y con las ganas de bailar con o sin castañuelas, pero eso sí, con peineta que nos permita darle ese toquecito andaluz hasta que acabe en el suelo la misma de tanto baile. Sólo nos queda apuntarnos a unas clases de toda prisa y prepararnos para vivirlo la próxima vez participando en una feria como la de Sevilla, que ya queda menos.

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